Guayaquil levanta el vuelo
Guayaquil pasó por
etapas muy marcadas en las últimas décadas, las cuales son fáciles de
distinguir, debido a los cambios positivos y negativos que trajeron.
Durante los 80 la
urbe da un giro hacia el abandono. “Las calles se llenan de gigantescas
montañas de basura y cráteres (huecos)... Esas imágenes marcaron la etapa
oscura, durante la cual resultaba inconcebible que la gente viniese, porque
Guayaquil era una cloaca que apestaba”, cuenta el historiador Melvin Hoyos.
Para Louis Hanna, presidente de la Cámara de Turismo de Guayaquil, era el
resultado de la “doble problemática a la que estuvo sometida Guayaquil. Tuvimos
pésimos alcaldes y gobiernos centralistas... Esto obligó a la ciudad a
acostumbrarse a trabajar y progresar por sí sola”.
Ya en los 90
empieza el resurgir desde las cenizas. “Recién entre los años 1995 y 1996 se
le devuelve la esperanza en un futuro mejor... Se limpiaron las calles y se
taparon los huecos, se rescató la vialidad... Se sentaron las bases del nuevo
Guayaquil”, explica Hoyos. Fundamentos que vinieron acompañados de decenas de
obras públicas y viales como la construcción de puentes a desnivel, el
rescate del edificio municipal, hoy considerado uno de los pocos bienes
patrimoniales arquitectónicos de Guayaquil; la recuperación de los mercados
de víveres; el inicio del proyecto del malecón 2000; además de muchas otras
obras emprendidas por el fallecido exalcalde León Febres-Cordero. La posta de
ese progreso la toma quien, a criterio de Hoyos, “es el responsable de
convertir en turístico a este nuevo Guayaquil”, es decir el abogado Jaime
Nebot, actual burgomaestre.
Es que, aparte de
las obras que estaba por emprender con la denominada ‘regeneración urbana’ y
de crear productos turísticos alrededor de los recursos naturales de la
ciudad, en su administración se establece formalmente el área de turismo.
“Recién en el 2001 se empieza a trabajar toda una estrategia de comunicación
y la marca ciudad para promocionarla”, relata Joseph Garzozi, exdirector del
área. Desde entonces, la inversión que se ha hecho en turismo aproximadamente
es de 20 millones de dólares, cifra que “es nada comparada con los resultados
extraordinarios obtenidos”, agrega. El cambio en Guayaquil no solo se dio en
infraestructura, sino en obra social, lo que representa el 70% del
presupuesto municipal. “Mejoró la autoestima y la calidad de vida de los
ciudadanos... Esto hizo que en los últimos 15 años se mire a Guayaquil como
destino turístico”, agrega Rossana Armas, funcionaria municipal.
Ahora, el 46,88% de
los extranjeros que ingresan al país la eligen, según datos del Mintur. Las
visitas de los nacionales en 2012 superaron las 414 mil. Garzozi asegura que
esto significa que el puerto es visitado por alrededor de 1’200.000 personas
cada año
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